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martes, 18 de junio de 2019

El Mundo Griego: La Tiranía Griega y La Guerra del Peloponeso.

TIRANÍA GRIEGA

      Entre el año 670 y el 500 a. C aproximadamente, gran parte de las Ciudades-Estado griegas experimentaron una nueva forma de gobierno, basada en la toma de decisiones de un solo hombre (Týrannos), el cual se hacía con el poder mediante un golpe de Estado.
      Las Tiranías siempre fueron de corta duración, a pesar de que los tiranos pretendieron crear dinastías, pero ninguna superó las tres generaciones y la mayoría no paso de las dos.
     Los tiranos podían pertenecer o no, a la más alta élite social de las Polis, aunque siempre compartían que eran todos aristócratas.
     Los tiranos eran conocidos por los grandes servicios prestados a sus respectivas Polis. Un ejemplo llamativo fue el de Cilón de Atenas, el cual se había hecho famoso, tras ganar las olimpiadas.
      las constantes luchas internas entre las familias aristocráticas por la obtención de honores y la supremacía en sus respectivas polis, dio lugar a que siempre sobresaliera un hombre fuerte y capaz de detener estas disputas que impedían el desarrollo de la ciudad. Esta figura que sobresalía, para detener estas disputas, eran bien recibidas por el pueblo.
      Para poder acceder al poder estos hombres necesitaban recursos y hombres. Una de sus principales fuentes de recursos eran los aristócratas descontentos de la propia poli, también podía sumarse una fuerza mercenaria no originaria de las polis, proporcionada por algún tirano amigo o por el Imperio Persa.
Ejemplo: Pisístrato de Atenas, se sabe que contó con múltiples recursos, entre ellos una tropa de guardias de corps locales, mercenarios, y soldados proporcionados por poderosos extranjeros. Pisístrato no se hizo con el poder en Atenas hasta la tercera vez que intentó el golpe de Estado.
     A parte de los recursos, lo único que necesitaba un aspirante a tirano para triunfar era contar al menos con la pasividad de los ciudadanos y la negativa de los hoplitas a defender a los nobles.
La toma de poder solía venir seguida de actos violentos contra los ricos, como los de Cípselo de Corinto, que asesinó o desterró a muchos y confiscó sus tierras, muchas de las cuales pasaron a manos de los ciudadanos más pobres. Además, los tiranos promulgaron leyes destinadas a restringir el poder y los privilegios de la aristocracia, como las leyes suntuarias, que pretendían poner coto al lujo y ostentación aristocrática.       Muchas polis progresaron y alcanzaron niveles de desarrollo desconocidos hasta entonces. Los grandes programas de construcciones, que incluían templos y otros grandes edificios, puertos y fortificaciones, o servicios urbanos como el suministro de agua o el sistema de drenaje, convirtieron las capitales de las polis en grandes ciudades, donde también floreció el comercio y la artesanía.
     Los tiranos griegos de la época arcaica habían obtenido el apoyo popular a la hora de hacerse con el poder, gracias a sus hazañas y su carisma personal, cosas de las que carecían sus descendientes en muchos casos. Unos cuantos salieron adelante por sus propios méritos, pero la mayoría tuvo que recurrir a medidas cada vez más extremas para reprimir a la oposición. Los tiranos fueron derrocados y condenados al exilio o a la muerte junto a sus familias, del mismo modo que los aristócratas regresaron y restauraron la oligarquía.


      La Guerra del Peloponeso, fue un conflicto militar que dio inicio a las Guerras Civiles en La Antigua Grecia. Enfrentó a las dos ciudades-estados más poderosas de la Hélade, que eran Atenas y Esparta. Se enfrentaron las ciudades de la Liga de Delos, lideradas por Atenas, y la Liga del Peloponeso, lideradas por Esparta.
Map Peloponnesian War 431 BC-es.svg
De Marsyas (French original); Molorco (Spanish translation) - Création personnelle avec Adobe Illustrator (données basées sur E. Lévy, La Grèce au Ve siècle, Paris, 1995). Transcripción española según M. F. Galiano, La transcripción castellana de los nombres propios griegos, Madrid, 1969., CC BY-SA 3.0, Enlace
      El conflicto duró desde el año 431 a. C., hasta el 404 a. C., desarrollándose en otros territorios, como Bizancio o Sicilia. Todo concluiría con la ruina de Atenas primero y con todas las ciudades griegas después.
      Una vez concluidas las Guerras Médicas, Atenas se convirtió en un gran Imperio naval, monopolizando el comercio marítimo.
      Frente a Atenas estaba Esparta, con la que mantenía fuertes diferencias étnicas, políticas y económicas.
     Las ciudades de Corinto y Megara acudieron a Esparta, que a la vez exigió a Atenas que reconociera la independencia de las ciudades griegas. Esto significaba para los atenienses renunciar a su imperialismo (a su monopolio).
      Pericles prometió ceder, siempre que se permitiera el comercio entre Lacedemonia y Atenas, pero Esparta se negó, declarando la Guerra a Atenas.
     La Guerra del Peloponeso destrozó a ciudades enteras y devastó extensos territorios, lo que marco el dorado siglo V de la Antigua Grecia.
      Finalizada la Guerra del Peloponeso, Esparta impuso a Atenas un Gobierno oligárquico (“El consejo de los treinta tiranos”), el cual cometió toda clase de excesos.
      La victoria de Esparta señaló el fin del poder de Atenas. Los antiguos aliados de Delfos, a quienes se le prometió libertad, sólo cambiaron de dueño.
Las fases de la Guerra del Peloponeso:
1. La invasión al Ática (431 a 421 a. de C.),
2. La expedición a Siracusa (415 a 413 a. de C.) otras fuentes del (421 a 412 a. de C.).
3. La guerra de Decelia (413 a 404 a. de C.) otras fuentes del (411 a 404 a. de C.).

Ahora hago un repaso de los momentos más importantes de esta Guerra, haciendo un resumen, utilizando como principal fuente, el libro Historia Antigua Universal II (El mundo griego por Pilar Fernández Uriel

   



      La Guerra Arquidámica del 431-421 a.C. Se denomina así por el rey espartano Arquídamo II, que llevó a cabo la primera invasión del Ática. Su duración del 431-421 a.C., llamada Guerra de los diez años por la duración. En el 421 a. C., se firma la paz de Nicias.

      En esta etapa, podemos destacar dos periodos: Durante el mandato de Pericles (431-429 a. C) y La Peste y los sucesores de Pericles (429-421 a. C.)

      El inicio de esta contienda se esperaba por las partes enfrentadas, pero surgió de forma inesperada por los beocios, los cuales no pertenecía a ninguno de los dos bandos (aparentemente), pero estaban del lado de los espartanos y de los corintios.

       431 a. C. los tebanos atacaron Platea, aliada de Atenas del 519 a. C. Platea no tubo más remedio que negociar ante tal amenaza. Cuanto tuvieron oportunidad, los platenses masacraron a sus invasores. Los atenienses se apresuraron a llegar a Platea para evitar la catástrofe, pero la ruptura ya era un hecho consumado. Se tomaron medidas, y éstas era prepararse para la Guerra:
Se enviaron refuerzos a Platea y se evacuaron a Atenas a la población no combatiente, la población del Ática se refugió en la ciudad fortificada y amurallada, se aseguró el paso de la provisión del trigo y otras mercancías en el estrecho del Hellesponto, se preparó un ejército aliado y Pericles contó con plenos poderes como “Estratega autócrator”.

      El ejército lacedemonio, bajo el mando del rey Arquídamo invadió el ática y se arrasaron sus campos cultivados, destruyendo vides y olivos. Con todo esto, no consiguieron provocar la salida de los hoplitas atenienses a campo abierto.
      La respuesta de Atenas, decidida por Pericles:
Una escuadra naval, al frente del estratega Demóstenes, invadió por sorpresa las costas de Elide, Arcania y Mesenia. Esta respuesta logró tomar las ciudades de Astaco y Solio, integrar la isla de Cefalonia a la alianza ateniense, alcanzar la costa Argólida (Epidauro, Trezen, Hermione, etc.) y después la costa de Laconia, donde más tarde lograron una victoria en la Isla de Esfacteria, frente a Pilo, capturando a 292 hoplitas del ejército espartano. Todo lo anteriormente dicho, pudo provocar la paz de Nicias.
     El segundo periodo (La peste y los sucesores de Pericles, en el 429 a 421 a. C), otra causa distinta, terrible e inesperada obligó a los peloponesios a abandonar el Ática. En la primavera del 430 a. C, la peste asoló Atenas. Entre los años 429 y 426 a.C., la peste se cobró un tercio de la población, entre los muertos el famoso Pericles. La peste alcanzó otros lugares de Grecia, como Potidea, posiblemente transmitida por el ejército, que ya posiblemente estuviera contagiado. La peste transformaría la situación de la alianza ateniense en la Guerra, porque a pesar de los éxitos de Formión en Patras y Naupacto (Golfo de Corinto), la pérdida de Pericles y el debilitamiento de Atenas, fueron causas principales y decisivas, que cambiaron la suerte de Atenas en este conflicto Bélico. Debo destacar, que, tras la muerte de Pericles, hubo un vacio de poder, en el gobierno ateniense. Desde entonces este poder osciló entre dos polos representados en las figuras de los demagogos Nicias y Cleón.
      Nicias buscaba alcanzar la paz con Esparta, por lo que su política iba dirigida a pactar y negociar con los adversarios. Cleón creía en el triunfo de Atenas, era partidario de mantener la Guerra, esperando la victoria y la gloria final (Victoria sobre la liga del Peloponeso). Nicias y Cleón se diferenciaban en sus orígenes sociales, en sus temperamentos y en su pensamiento y línea política.

      Platea:

      Los espartanos tal vez por miedo a la peste e incitados por los tebanos atacaron Platea, este asedio duraría un año y medio. Platea fue arrasada y pasó a ser propiedad de Esparta, la cual se lo cedió en arriendo a Tebas.

      El levantamiento de las ciudades de Lesbos en el 428 a. C:
      Un conflicto se desarrolló en la isla de Lesbos, promovido y dirigido por los oligarcas de Mitilene. Los mitilenios creyeron que era el momento adecuado para su rebeldía (vacío de poder dejado por Pericles), pero Atenas actuó rápidamente, bloqueando la Isla. Hubo grandes represalias por parte de Atenas.

     La Guerra Civil de Córcira en el 427 a. C.

     Una Guerra civil estallaría en Córcira entre oligarcas, ligados a Corinto y partidarios de la Liga del Peloponeso y el Dérmos, partidario de la alianza ateniense. Este conflicto local, se convirtió en el foco de lucha entre espartanos y atenienses. La fuerza naval ateniense, más fuerte que la espartana, lograría imponerse. Los atenienses lograron mejorar su tratado con Córcira.

     Las disensiones de Siracusa:

     En el año 427 a. C, la ciudad de Siracusa, que se había hecho poderosa en Sicilia, intentó aumentar su expansionismo en la costa oriental de la isla, en perjuicio de las ciudades calcídicas y chocando sus intereses con Locros, Regio y Camarina. Siracusa encontró apoyo en las ciudades de origen dorio (Gela, Hímera, Mesene y Selinunte) que simpatizaban con la confederación espartana.
      La ciudad de Leontinos pidió ayuda a Atenas, y ésta envió un pequeño refuerzo a la isla, este contingente seguiría aumentando, y es llamado por algunos autores la “Primera expedición a Sicilia”. La misión de Atenas no sólo era prestar una ayuda militar, sino que contribuía al acercamiento entre Siracusa y Corinto, dificultaría el envío del cereal de Occidente al Peloponeso y permitiría que Atenas se proclamase defensora de la libertad de las ciudades griegas de Occidente frente a la propaganda espartana que buscaba pasar como paladín de las ciudades del Mediterráneo oriental. El estratega Demóstenes conseguiría dos importantes victorias en Ambrasia y Olpas. Nicias reafirmaba el dominio ateniense en las costas minoroasiáticas de Melos, Tanagra y Lócride Oriental.

      La ocupación de Pilos, iniciado en el 425 a. C., afianzó las favorables perspectivas para el frente ateniense:
      Los estrategas Eurimedonte, Sófocles y Demóstenes fueron enviados a Córcira, este último desembarcó en la bahía de Pilos (Mesenia), donde estableció un puesto fortificado, Desde esta posición, Demóstones podía establecer contacto con los hilotas de Mesenia y apoyar una sublevación tan temida por el Estado Espartano e incluso amenazar con una invasión, desde la costa Occidental del Peloponeso. Los espartanos alarmados enviaron un destacamento a la isla de Esfactería, al Sur de Pilo.
      La flota que se dirigía a Córcira fue avisada y bloqueó la Bahía de Pilo, cercando el destacamento Lacedemonio. La inquietud y el miedo en Esparta fue grande y de inmediato trasladó una envajada Lacedemonia a Atenas, para negociar la paz. Los espartanos proponían en esta negociación, liberar a los Lacedonios bloqueados en Esfactería, a cambio de la paz y la alianza entre atenienses y espartanos. La proposición espartana no sería aceptada, ya que Cleón, convencería a la Asamblea popular, que estas condiciones no eran favorables para Atenas, si no se recobraban puntos importantes para su poderío marítimo, como Nesca, Pega, Trezen y Acaya. Ante el fracaso de estas negociaciones, los atenienses se dispusieron a reducir a los Lacedemonios situados en Pilo. Cleón y Demóstenes, que eran los encargados de esta misión, lograron tomar prisioneros a 292 hombres, entre ellos a 120 espartiatas, pertenecientes a las principales familias Lacedemonias. Con lo expuesto anteriormente, Atenas lograría una victoria sobre los hoplitas Lacedemonios y logró el dominio del enclave de Pilo (un paso accesible en territorio espartano). Este triunfo ateniense fue un bálsamo de optimismo, después de la devastación, debido a la enfermedad (Peste) y a las derrotas sufridas.
     Atenas, reforzada por esta victoria, pudo negociar con el Imperio Persa, y éste se comprometió a respetar los intereses de la alianza ateniense en la costa minorasiática y se firmó un acuerdo de paz con las ciudades griegas de Cicilia.

      Últimas campañas. Brásidas (424-422 a. C)

      El ejército ateniense fue derrotado en Delión, sufriendo importantes pérdidas. El general espartano Brásidas atravesó Beocia y Tesalia, alcanzando la península Calcídica y tomando las ciudades de Acanto, Estagira y Anfípolis. Estagira y Anfípolis firmaron una ventajosa capitulación ante la liga Lacedemonia. Estos sucesos tuvieron consecuencias, ya que muchas ciudades de esta región, las cuales estaban sujetas al yugo ateniense, encontraron una buena oportunidad de librarse de éste y de pasarse al lado espartano. El ateniense Cleón, en un último intento de recuperar las posiciones perdidas, sería derrotado por el espartano Brásidas, perdiendo ambos la vida en Anfípolis en el año 422 a. C. Después se llegaría en el año 421 a. C a la Paz de Nicias: La paz de Nicias ponía termino a una década de luchas, aunque era una paz deseada, resultaba engañosa. La paz de Nicias no satisfizo a nadie, lo cual se mantuvo un panorama de incertidumbre y confusión en el ámbito político griego. Cada potencia concertaba por su cuenta alianzas por miedo a esta compleja situación.
    La paz finalmente se rompió, gracias a Alcibiades, el cual era sobrino de Pericles. Alcibiades fue elegido estratega en el año 420 y consiguió que Atenas firmase un pacto defensivo con Argos, Mantinea y Élide por cien años, llamado “Cuádruple alianza”, y esto provocó alarma de corintios y espartanos.

      Mantinea. En el año 419 a. C. Argos atacó a Epidauro, aliada de Esparta que se apresuró a enviar refuerzos primero e invadir Argólida después.
      El rey espartano Agis, hijo de Arquídamo, le salió al paso en la llanura de Mantinea castigando con una importante derrota a los miembros de la cuádruple alianza.

      Melos: La Paz de Nicias había proporcionado la neutralidad a Melos, además de la posibilidad de no pagar tributo a Atenas. Tras el fracaso de Mantinea y su política en el Peloponeso, Alcibiades busca como nuevo objetivo imponer el imperialismo ateniense. En el Egeo. Pero la clara voluntad de los melios a permanecer libres y neutrales, ni tuvo reacción de ninguna otra potencia, ni logró que los atenienses modificasen su decisión de someter a la Isla. Melo fue asediada y conquistada en el año 415 a. C. Esta conquista de Melos tuvo consecuencias funestas para la Isla.

      La Gran Expedición a Sicilia en (415-413 a. C.)

      La dirección de esta expedición se confió a tres estrategas con poderes extraordinarios: Alcibiades, Nicias y lámaco. Se realizó un gran esfuerzo humano y económico, para dotar a la flota que debía ayudar a Segesta de importantes efectivos. Para ello no sólo contaría con el contingente ateniense, sino con los refuerzos de los aliados con los que se uniría en Córcira, Según Tucídides se reclutaron cuatro mil hoplitas, trescientos jinetes y cien trirremes atenienses, además de cincuenta trirremes de Lesbos y Quios y otros muchos aliados. El poder militar enviado para la expedición era uno de los más poderosos del efectivo bélico griego: 5100 hoplitas más 1500 de infantería ligera, además de 260 naves.
      La escuadra salió del Pireo en el año 415 a. C, uniéndose en Córcira con los aliados. Establecieron en Melania su cuartel general, ciudad que junto a Naxos y Leontinos eran las principales aliadas de Atenas.
     La diferencia en el plan estratégico a seguir entre los tres generales, junto con la orden a Alcibiades de regresar a Atenas, acusado de sacrilegio, por la mutilación de los Hermes, entorpecieron y retrasaron las maniobras militares aliadas-
      En el año 414 a. C., los atenienses habían logrado hacerse fuertes frete a Siracusa, tomando la altiplanicie de las Epípolas y gran parte de la bahía de Siracusa, bloqueando la entrada a su gran puerto. Los espartanos, aconsejados por Alcibiades, el cual huyó a Esparta basándose en las acusaciones de impiedad (Alcibiades conoció el complot de sus enemigos) enviaron al estratega Gilipo en ayuda a Siracusa y obligó a los atenienses a retirarse de Epípolas y replegarse al promontorio de Plemmirion, al sur en Gran Puerto, liberando a Siracusa de su bloqueo. La actuación de Gilipo y la llegada de la ayuda corintia, alarmaron a los estrategas atenienses que pidieron refuerzos a Atenas. A partir de entonces puede considerarse rota la paz de Nicias, entrando de nuevo los dos bloques en un conflicto abierto:
      Por consejo de Alcibíades, Agis de Esparta inició la invasión del ática en el año 413 a.C., tomando Decelía que fortificaron, incomunicando el ática por tierra. Ello dio ligar a que la segunda parte de la Guerra del Peloponeso tome su nombre; “Guerra Decélica”.
      La situación ateniense se hizo entonces muy complicada, ya que tuvo que mantener dos frentes, uno en su propio territorio y otro en Sicilia. Siracusanos y espartanos al mando de Gilipo derrotaron una vez más a los atenienses. Demóstenes y Eurimedonte propusieron replegarse a Catania y a Lapsos, pero la obstinación de Nicias y la superstición provocada por un eclipse lunar, retrasaron fatalmente sesta retirada. El ejército ateniense fu alcanzado y aniquilado, sus estrategos Nicias y Demóstenes ejecutados, la flota destruida y sus guerreros muertos o acabaron sus días como esclavos en las canteras siracusanas.

La guerra Decélica (413-404 a. C.)

       Es denominada Guerra Decélica o jónica la última fase de la Guerra del Peloponeso debido a los dos frentes o posiciones principales donde tuvieron ligar: Decelia, localidad cercana a Atenas desde donde la ciudad fue incesantemente atacada y la costa anatólica donde se sucedían las defecciones y revueltas contra Atenas.
      Las numerosas pérdidas de la expedición siciliana, la desaparición de miles de ciudadanos atenienses y más de treinta mil aliados, además de la quiebra que suponía su malogrado esfuerzo económico, naval y bélico.
      La toma de Decélia por los espartanos implicaba una nueva invasión del Ática que impedía la normal explotación de sus recursos naturales. Crisis económica, política, caída del prestigio político de Atenas como líder indiscutible en el mundo griego, el cual sería aprovechado por Esparta y el Imperio Persa.
     Esparta decidió asumir el liderazgo perdido por los atenienses, alegando su defensa de la libertad de los griegos, frente a la opresión del Imperialismo ateniense. Esparta no dudó en Pactar con el Imperio Persa, de la que recibió importantes subvenciones económicas y apoyo político.
     En torno al 412 a. C., conocida la debilidad de Atenas, el gran Rey Persa se apresuró a incitar las ciudades jonias a la insurrección. En el año 412 se produciría luna importante sublevación contra el dominio del Imperio ateniense: Eubea, Lesbos, Quíos, Mitilene, Mileto y otras ciudades del Hellesponto.

      Entre el 411 y el 410 a. C., Atenas consiguió tres victorias navales en el Hellesponto (Cinosema, Abidos y Cícico). Estos acontecimientos resultaron importantes, porque los espartanos realizaron propuestas de pasa y de nuevo fueron rechazadas por el consejo de los demócratas radicales dirigidos por Cleofón.
      Los años 409 y 408 a. C., continuaron siendo favorables para Atenas. Trásilo recuperaba Tasos y algunas posesiones en Tracia. Alcibiades conquistaba Bizancio y Calcedonia, pudiendo regresar triunfal a Atenas, siendo elegido estratega en el año 407-406 a.C., concediéndoles poderes extraordinarios para dirigir la guerra en el Hellesponto.
      Entre finales del 407 a. c., y principios del 406, la flota de Alcibiades dirigida por su lugarteniente Antíoco fue derrotada en la batalla naval de Notion. En el 406 a. C., se produce la última victoria naval ateniense, en las islas Arginusas, frente a Lesbos, donde Trásilo con otros estrategas atenienses vencieron a la escuadra espartana, dirigida por Calicrátes. Los Generales atenienses no recogieron a los náufragos supervivientes de la batalla, alegando el peligro de una tormenta. La asamblea les condenó y fueron ejecutados, Este suceso demostró el total funcionamiento de la Democracia radical y el dominio popular. Pero este terrible episodio contra los navarcos de esta batalla parece un absurdo desatino, puesto que los atenienses, en unos momentos tan difíciles, condenaban a sus mejores generales y principales defensores de los ideales democráticos.

Egospótamos y el final del conflicto:

      Restituido Lisandro al frente de la flota espartana, se dirigió a Egospótamos, frente a Lámpsaco, en el Quersoneso tracio. Allí, los atenienses encañados y cogidos por sorpresa fueron vencidos, capturados, siendo ejecutados más de 3000 de ellos y destruidas gran parte de sus naves.
      Atenas no sólo perdía gran parte de su flota, además quedaba sin sus posiciones en el Estrecho, incomunicada para recibir sus provisiones marítimas. No fue la derrota de Egospótamos el final de la guerra, sino la falta de aprovisionamiento de la ciudad, haciendo más crítico el asedio a sus campos desde Decelía. No fue la amenaza espartana la más decisiva y temible, sino el hambre.
      Una de las naves sagradas de los atenienses, la “Páralos” fue enviada a Atenas para anunciar la derrota de Atenas.
La rendición de Atenas:
      Lisandro acabó con los últimos restos del Imperialismo ateniense e el Egeo. Las ciudades aliadas de Atenas tuvieron que rendirse y sus gobiernos democráticos fueron sustituidos por oligarquías (Deccarkías) apoyadas por gobernadores (Harmostes).
      Lisandro marchó sobre el golfo Sarónico, mientras el rey Pausanias II de Esparta se unía a su colega Agis en el Ática.
      Sitiada por mar y Tierra, a comienzos del año 404 a. C., Atenas capituló, finalizando veintisiete años de Guerra.
      Terámenes, asumiendo plenos poderes fue enviado para capitular la rendición ante el congreso de la Confederación del Peloponeso, donde corintios y tebanos, fueron los más hostiles e implacables en la decisión de la suerte de Atenas, pidiendo su destrucción. Pero los espartanos prefirieron una Atenas vencida y desarmada, que estuviera integrada en la Confederación del Peloponeso. Esta decisión, puede que fuera tomada, porque los espartanos tenían respeto a su rival, pero que también temiera que, tras la caída de Atenas, surgiera una poderosa Corintia.
      Las condiciones impuestas a Atenas, tras su derrota fue aceptada por la Asamblea ateniense, firmándose la paz en abril del año 404 a. C., a la vez que Lisandro entraba en Atenas, imponiendo un absolutismo militar y político.

       Para terminar, hay que destacar que las consecuencias sociales, económicas y culturales de la Guerra del Peloponeso, no fuero sufridas sólo por los atenienses, sino por todos los griegos:
     Las deudas de los Estados contraídas principalmente con Persia, la aparición de la piratería en el Egeo, la caída de la economía y el comercio, la enorme pérdida de vidas humanas, la crisis moral, ideológica y religiosa que produjo la inestabilidad de un largo proceso de guerra. Todas estas consecuencias y muchas más dejarían importantes secuelas en la Historia del siglo IV a. C, en Grecia.


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