TIRANÍA GRIEGA
Entre el año 670 y el 500 a. C
aproximadamente, gran parte de las Ciudades-Estado griegas experimentaron una
nueva forma de gobierno, basada en la toma de decisiones de un solo hombre
(Týrannos), el cual se hacía con el poder mediante un golpe de Estado.
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Las Tiranías siempre fueron de corta
duración, a pesar de que los tiranos pretendieron crear dinastías, pero
ninguna superó las tres generaciones y la mayoría no paso de las dos.
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Los tiranos podían pertenecer o no, a la
más alta élite social de las Polis, aunque siempre compartían que eran todos
aristócratas.
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Los tiranos eran conocidos por los
grandes servicios prestados a sus respectivas Polis. Un ejemplo llamativo fue
el de Cilón de Atenas, el cual se había hecho famoso, tras ganar las
olimpiadas.
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las constantes luchas internas entre
las familias aristocráticas por la obtención de honores y la supremacía en
sus respectivas polis, dio lugar a que siempre sobresaliera un hombre fuerte
y capaz de detener estas disputas que impedían el desarrollo de la ciudad.
Esta figura que sobresalía, para detener estas disputas, eran bien recibidas
por el pueblo.
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Para poder acceder al poder estos
hombres necesitaban recursos y hombres. Una de sus principales fuentes de
recursos eran los aristócratas descontentos de la propia poli, también podía
sumarse una fuerza mercenaria no originaria de las polis, proporcionada por
algún tirano amigo o por el Imperio Persa.
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Ejemplo: Pisístrato de Atenas,
se sabe que contó con múltiples recursos, entre ellos una tropa de guardias
de corps locales, mercenarios, y soldados proporcionados por poderosos
extranjeros. Pisístrato no se hizo con el poder en Atenas hasta la tercera vez
que intentó el golpe de Estado.
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A parte de los recursos, lo único que
necesitaba un aspirante a tirano para triunfar era contar al menos con la
pasividad de los ciudadanos y la negativa de los hoplitas a defender a los
nobles.
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La toma de poder solía venir
seguida de actos violentos contra los ricos, como los de Cípselo de Corinto,
que asesinó o desterró a muchos y confiscó sus tierras, muchas de las cuales
pasaron a manos de los ciudadanos más pobres. Además, los tiranos promulgaron
leyes destinadas a restringir el poder y los privilegios de la aristocracia,
como las leyes suntuarias, que pretendían poner coto al lujo y ostentación
aristocrática. Muchas polis
progresaron y alcanzaron niveles de desarrollo desconocidos hasta entonces.
Los grandes programas de construcciones, que incluían templos y otros grandes
edificios, puertos y fortificaciones, o servicios urbanos como el suministro
de agua o el sistema de drenaje, convirtieron las capitales de las polis en
grandes ciudades, donde también floreció el comercio y la artesanía.
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Los tiranos griegos de la época arcaica
habían obtenido el apoyo popular a la hora de hacerse con el poder, gracias a
sus hazañas y su carisma personal, cosas de las que carecían sus
descendientes en muchos casos. Unos cuantos salieron adelante por sus propios
méritos, pero la mayoría tuvo que recurrir a medidas cada vez más extremas
para reprimir a la oposición. Los tiranos fueron derrocados y condenados al
exilio o a la muerte junto a sus familias, del mismo modo que los
aristócratas regresaron y restauraron la oligarquía.
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La
Guerra del Peloponeso, fue un conflicto militar que dio inicio a las
Guerras Civiles en La Antigua Grecia. Enfrentó a las dos ciudades-estados más
poderosas de la Hélade, que eran Atenas y Esparta. Se enfrentaron las
ciudades de la Liga de Delos, lideradas por Atenas, y la Liga del Peloponeso,
lideradas por Esparta.
![]() De Marsyas (French original); Molorco (Spanish translation) - Création personnelle avec Adobe Illustrator (données basées sur E. Lévy, La Grèce au Ve siècle, Paris, 1995). Transcripción española según M. F. Galiano, La transcripción castellana de los nombres propios griegos, Madrid, 1969., CC BY-SA 3.0, Enlace |
El conflicto duró desde el año 431 a.
C., hasta el 404 a. C., desarrollándose en otros territorios, como Bizancio o
Sicilia. Todo concluiría con la ruina de Atenas primero y con todas las
ciudades griegas después.
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Una vez concluidas las Guerras Médicas,
Atenas se convirtió en un gran Imperio naval, monopolizando el comercio
marítimo.
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Frente a Atenas estaba Esparta, con la
que mantenía fuertes diferencias étnicas, políticas y económicas.
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Las ciudades de Corinto y Megara
acudieron a Esparta, que a la vez exigió a Atenas que reconociera la
independencia de las ciudades griegas. Esto significaba para los atenienses
renunciar a su imperialismo (a su monopolio).
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Pericles prometió ceder, siempre que se
permitiera el comercio entre Lacedemonia y Atenas, pero Esparta se negó,
declarando la Guerra a Atenas.
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La Guerra del Peloponeso destrozó a
ciudades enteras y devastó extensos territorios, lo que marco el dorado siglo
V de la Antigua Grecia.
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Finalizada la Guerra del Peloponeso,
Esparta impuso a Atenas un Gobierno oligárquico (“El consejo de los treinta
tiranos”), el cual cometió toda clase de excesos.
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La victoria de Esparta señaló el fin
del poder de Atenas. Los antiguos aliados de Delfos, a quienes se le prometió
libertad, sólo cambiaron de dueño.
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Las fases de la Guerra del Peloponeso:
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1. La invasión al Ática (431 a
421 a. de C.),
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2. La expedición a Siracusa
(415 a 413 a. de C.) otras fuentes del (421 a 412 a. de C.).
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3. La guerra de Decelia (413 a
404 a. de C.) otras fuentes del (411 a 404 a. de C.).
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Ahora hago un repaso de los momentos más importantes de esta Guerra, haciendo un resumen, utilizando como principal fuente, el libro Historia Antigua Universal II (El mundo griego por Pilar Fernández Uriel
La Guerra Arquidámica del
431-421 a.C. Se denomina así por el rey espartano Arquídamo II, que llevó a
cabo la primera invasión del Ática. Su duración del 431-421 a.C., llamada
Guerra de los diez años por la duración. En el 421 a. C., se firma la paz de
Nicias.
En esta etapa, podemos destacar dos
periodos: Durante el mandato de Pericles (431-429 a. C) y La Peste y los
sucesores de Pericles (429-421 a. C.)
El inicio de esta contienda se esperaba
por las partes enfrentadas, pero surgió de forma inesperada por los beocios,
los cuales no pertenecía a ninguno de los dos bandos (aparentemente), pero
estaban del lado de los espartanos y de los corintios.
431 a. C. los tebanos atacaron Platea,
aliada de Atenas del 519 a. C. Platea no tubo más remedio que negociar ante tal
amenaza. Cuanto tuvieron oportunidad, los platenses masacraron a sus invasores.
Los atenienses se apresuraron a llegar a Platea para evitar la catástrofe, pero
la ruptura ya era un hecho consumado. Se tomaron medidas, y éstas era
prepararse para la Guerra:
Se enviaron refuerzos a Platea y
se evacuaron a Atenas a la población no combatiente, la población del Ática se
refugió en la ciudad fortificada y amurallada, se aseguró el paso de la provisión
del trigo y otras mercancías en el estrecho del Hellesponto, se preparó un
ejército aliado y Pericles contó con plenos poderes como “Estratega
autócrator”.
El ejército lacedemonio, bajo el mando
del rey Arquídamo invadió el ática y se arrasaron sus campos cultivados,
destruyendo vides y olivos. Con todo esto, no consiguieron provocar la salida
de los hoplitas atenienses a campo abierto.
La respuesta de Atenas, decidida por
Pericles:
Una escuadra naval, al frente del
estratega Demóstenes, invadió por sorpresa las costas de Elide, Arcania y
Mesenia. Esta respuesta logró tomar las ciudades de Astaco y Solio, integrar la
isla de Cefalonia a la alianza ateniense, alcanzar la costa Argólida (Epidauro,
Trezen, Hermione, etc.) y después la costa de Laconia, donde más tarde lograron
una victoria en la Isla de Esfacteria, frente a Pilo, capturando a 292 hoplitas
del ejército espartano. Todo lo anteriormente dicho, pudo provocar la paz de
Nicias.
El segundo periodo (La peste y los
sucesores de Pericles, en el 429 a 421 a. C), otra causa distinta, terrible e
inesperada obligó a los peloponesios a abandonar el Ática. En la primavera del
430 a. C, la peste asoló Atenas. Entre los años 429 y 426 a.C., la peste se
cobró un tercio de la población, entre los muertos el famoso Pericles. La peste
alcanzó otros lugares de Grecia, como Potidea, posiblemente transmitida por el ejército,
que ya posiblemente estuviera contagiado. La peste transformaría la situación
de la alianza ateniense en la Guerra, porque a pesar de los éxitos de Formión
en Patras y Naupacto (Golfo de Corinto), la pérdida de Pericles y el
debilitamiento de Atenas, fueron causas principales y decisivas, que cambiaron
la suerte de Atenas en este conflicto Bélico. Debo destacar, que, tras la
muerte de Pericles, hubo un vacio de poder, en el gobierno ateniense. Desde
entonces este poder osciló entre dos polos representados en las figuras de los
demagogos Nicias y Cleón.
Nicias buscaba alcanzar la paz con
Esparta, por lo que su política iba dirigida a pactar y negociar con los
adversarios. Cleón creía en el triunfo de Atenas, era partidario de mantener la
Guerra, esperando la victoria y la gloria final (Victoria sobre la liga del
Peloponeso). Nicias y Cleón se diferenciaban en sus orígenes sociales, en sus
temperamentos y en su pensamiento y línea política.
Platea:
Los
espartanos tal vez por miedo a la peste e incitados por los tebanos atacaron
Platea, este asedio duraría un año y medio. Platea fue arrasada y pasó a ser
propiedad de Esparta, la cual se lo cedió en arriendo a Tebas.
El levantamiento de las
ciudades de Lesbos en el 428 a. C:
Un conflicto se desarrolló en la isla de
Lesbos, promovido y dirigido por los oligarcas de Mitilene. Los mitilenios
creyeron que era el momento adecuado para su rebeldía (vacío de poder dejado
por Pericles), pero Atenas actuó rápidamente, bloqueando la Isla. Hubo grandes
represalias por parte de Atenas.
La
Guerra Civil de Córcira en el 427 a. C.
Una Guerra civil estallaría en Córcira
entre oligarcas, ligados a Corinto y partidarios de la Liga del Peloponeso y el
Dérmos, partidario de la alianza ateniense. Este conflicto local, se convirtió
en el foco de lucha entre espartanos y atenienses. La fuerza naval ateniense,
más fuerte que la espartana, lograría imponerse. Los atenienses lograron
mejorar su tratado con Córcira.
Las disensiones de Siracusa:
En el año 427 a. C, la
ciudad de Siracusa, que se había hecho poderosa en Sicilia, intentó aumentar su
expansionismo en la costa oriental de la isla, en perjuicio de las ciudades
calcídicas y chocando sus intereses con Locros, Regio y Camarina. Siracusa
encontró apoyo en las ciudades de origen dorio (Gela, Hímera, Mesene y
Selinunte) que simpatizaban con la confederación espartana.
La ciudad de Leontinos pidió ayuda a Atenas, y ésta envió un pequeño
refuerzo a la isla, este contingente seguiría aumentando, y es llamado por
algunos autores la “Primera expedición a Sicilia”. La misión de Atenas no sólo
era prestar una ayuda militar, sino que contribuía al acercamiento entre
Siracusa y Corinto, dificultaría el envío del cereal de Occidente al Peloponeso
y permitiría que Atenas se proclamase defensora de la libertad de las ciudades
griegas de Occidente frente a la propaganda espartana que buscaba pasar como
paladín de las ciudades del Mediterráneo oriental. El estratega Demóstenes conseguiría
dos importantes victorias en Ambrasia y Olpas. Nicias reafirmaba el dominio
ateniense en las costas minoroasiáticas de Melos, Tanagra y Lócride Oriental.
La ocupación de Pilos,
iniciado en el 425 a. C., afianzó las favorables perspectivas para el frente
ateniense:
Los estrategas Eurimedonte, Sófocles y
Demóstenes fueron enviados a Córcira, este último desembarcó en la bahía de
Pilos (Mesenia), donde estableció un puesto fortificado, Desde esta posición,
Demóstones podía establecer contacto con los hilotas de Mesenia y apoyar una
sublevación tan temida por el Estado Espartano e incluso amenazar con una
invasión, desde la costa Occidental del Peloponeso. Los espartanos alarmados
enviaron un destacamento a la isla de Esfactería, al Sur de Pilo.
La flota que se dirigía a Córcira fue
avisada y bloqueó la Bahía de Pilo, cercando el destacamento Lacedemonio. La
inquietud y el miedo en Esparta fue grande y de inmediato trasladó una envajada
Lacedemonia a Atenas, para negociar la paz. Los espartanos proponían en esta
negociación, liberar a los Lacedonios bloqueados en Esfactería, a cambio de la
paz y la alianza entre atenienses y espartanos. La proposición espartana no
sería aceptada, ya que Cleón, convencería a la Asamblea popular, que estas condiciones
no eran favorables para Atenas, si no se recobraban puntos importantes para su
poderío marítimo, como Nesca, Pega, Trezen y Acaya. Ante el fracaso de estas
negociaciones, los atenienses se dispusieron a reducir a los Lacedemonios
situados en Pilo. Cleón y Demóstenes, que eran los encargados de esta misión,
lograron tomar prisioneros a 292 hombres, entre ellos a 120 espartiatas,
pertenecientes a las principales familias Lacedemonias. Con lo expuesto
anteriormente, Atenas lograría una victoria sobre los hoplitas Lacedemonios y
logró el dominio del enclave de Pilo (un paso accesible en territorio espartano).
Este triunfo ateniense fue un bálsamo de optimismo, después de la devastación,
debido a la enfermedad (Peste) y a las derrotas sufridas.
Atenas, reforzada por esta victoria, pudo
negociar con el Imperio Persa, y éste se comprometió a respetar los intereses
de la alianza ateniense en la costa minorasiática y se firmó un acuerdo de paz
con las ciudades griegas de Cicilia.
Últimas campañas. Brásidas
(424-422 a. C)
El ejército ateniense fue derrotado en
Delión, sufriendo importantes pérdidas. El general espartano Brásidas atravesó
Beocia y Tesalia, alcanzando la península Calcídica y tomando las ciudades de
Acanto, Estagira y Anfípolis. Estagira y Anfípolis firmaron una ventajosa
capitulación ante la liga Lacedemonia. Estos sucesos tuvieron consecuencias, ya
que muchas ciudades de esta región, las cuales estaban sujetas al yugo
ateniense, encontraron una buena oportunidad de librarse de éste y de pasarse
al lado espartano. El ateniense Cleón, en un último intento de recuperar las
posiciones perdidas, sería derrotado por el espartano Brásidas, perdiendo ambos
la vida en Anfípolis en el año 422 a. C. Después
se llegaría en el año 421 a. C a la Paz de Nicias: La paz de Nicias ponía
termino a una década de luchas, aunque era una paz deseada, resultaba engañosa.
La paz de Nicias no satisfizo a nadie, lo cual se mantuvo un panorama de
incertidumbre y confusión en el ámbito político griego. Cada potencia
concertaba por su cuenta alianzas por miedo a esta compleja situación.
La paz finalmente se rompió, gracias a
Alcibiades, el cual era sobrino de Pericles. Alcibiades fue elegido estratega
en el año 420 y consiguió que Atenas firmase un pacto defensivo con Argos,
Mantinea y Élide por cien años, llamado “Cuádruple alianza”, y esto provocó
alarma de corintios y espartanos.
Mantinea.
En el año 419 a. C. Argos atacó a Epidauro, aliada de Esparta que se apresuró a
enviar refuerzos primero e invadir Argólida después.
El rey espartano Agis, hijo de Arquídamo,
le salió al paso en la llanura de Mantinea castigando con una importante derrota
a los miembros de la cuádruple alianza.
Melos: La Paz de Nicias
había proporcionado la neutralidad a Melos, además de la posibilidad de no
pagar tributo a Atenas. Tras el fracaso de Mantinea y su política en el
Peloponeso, Alcibiades busca como nuevo objetivo imponer el imperialismo ateniense.
En el Egeo. Pero la clara voluntad de los melios a permanecer libres y
neutrales, ni tuvo reacción de ninguna otra potencia, ni logró que los
atenienses modificasen su decisión de someter a la Isla. Melo fue asediada y
conquistada en el año 415 a. C. Esta conquista de Melos tuvo consecuencias
funestas para la Isla.
La
Gran Expedición a Sicilia en (415-413 a. C.)
La dirección de esta
expedición se confió a tres estrategas con poderes extraordinarios: Alcibiades,
Nicias y lámaco. Se realizó un gran esfuerzo humano y económico, para dotar a
la flota que debía ayudar a Segesta de importantes efectivos. Para ello no sólo
contaría con el contingente ateniense, sino con los refuerzos de los aliados
con los que se uniría en Córcira, Según Tucídides se reclutaron cuatro mil
hoplitas, trescientos jinetes y cien trirremes atenienses, además de cincuenta
trirremes de Lesbos y Quios y otros muchos aliados. El poder militar enviado
para la expedición era uno de los más poderosos del efectivo bélico griego:
5100 hoplitas más 1500 de infantería ligera, además de 260 naves.
La escuadra salió del Pireo en el año 415
a. C, uniéndose en Córcira con los aliados. Establecieron en Melania su cuartel
general, ciudad que junto a Naxos y Leontinos eran las principales aliadas de
Atenas.
La diferencia en el plan estratégico a
seguir entre los tres generales, junto con la orden a Alcibiades de regresar a
Atenas, acusado de sacrilegio, por la mutilación de los Hermes, entorpecieron y
retrasaron las maniobras militares aliadas-
En el año 414 a. C., los atenienses
habían logrado hacerse fuertes frete a Siracusa, tomando la altiplanicie de las
Epípolas y gran parte de la bahía de Siracusa, bloqueando la entrada a su gran
puerto. Los espartanos, aconsejados por Alcibiades, el cual huyó a Esparta
basándose en las acusaciones de impiedad (Alcibiades conoció el complot de sus
enemigos) enviaron al estratega Gilipo en ayuda a Siracusa y obligó a los
atenienses a retirarse de Epípolas y replegarse al promontorio de Plemmirion,
al sur en Gran Puerto, liberando a Siracusa de su bloqueo. La actuación de Gilipo
y la llegada de la ayuda corintia, alarmaron a los estrategas atenienses que
pidieron refuerzos a Atenas. A partir de entonces puede considerarse rota la
paz de Nicias, entrando de nuevo los dos bloques en un conflicto abierto:
Por consejo de Alcibíades, Agis de
Esparta inició la invasión del ática en el año 413 a.C., tomando Decelía que
fortificaron, incomunicando el ática por tierra. Ello dio ligar a que la
segunda parte de la Guerra del Peloponeso tome su nombre; “Guerra Decélica”.
La situación ateniense se hizo entonces
muy complicada, ya que tuvo que mantener dos frentes, uno en su propio territorio
y otro en Sicilia. Siracusanos y espartanos al mando de Gilipo derrotaron una
vez más a los atenienses. Demóstenes y Eurimedonte propusieron replegarse a
Catania y a Lapsos, pero la obstinación de Nicias y la superstición provocada
por un eclipse lunar, retrasaron fatalmente sesta retirada. El ejército
ateniense fu alcanzado y aniquilado, sus estrategos Nicias y Demóstenes
ejecutados, la flota destruida y sus guerreros muertos o acabaron sus días como
esclavos en las canteras siracusanas.
La guerra Decélica (413-404 a. C.)
Es denominada Guerra Decélica o jónica la
última fase de la Guerra del Peloponeso debido a los dos frentes o posiciones
principales donde tuvieron ligar: Decelia, localidad cercana a Atenas desde
donde la ciudad fue incesantemente atacada y la costa anatólica donde se
sucedían las defecciones y revueltas contra Atenas.
Las numerosas pérdidas de la expedición
siciliana, la desaparición de miles de ciudadanos atenienses y más de treinta
mil aliados, además de la quiebra que suponía su malogrado esfuerzo económico,
naval y bélico.
La toma de Decélia por los espartanos
implicaba una nueva invasión del Ática que impedía la normal explotación de sus
recursos naturales. Crisis económica, política, caída del prestigio político de
Atenas como líder indiscutible en el mundo griego, el cual sería aprovechado
por Esparta y el Imperio Persa.
Esparta decidió asumir el liderazgo
perdido por los atenienses, alegando su defensa de la libertad de los griegos,
frente a la opresión del Imperialismo ateniense. Esparta no dudó en Pactar con
el Imperio Persa, de la que recibió importantes subvenciones económicas y apoyo
político.
En torno al 412 a. C., conocida la
debilidad de Atenas, el gran Rey Persa se apresuró a incitar las ciudades
jonias a la insurrección. En el año 412 se produciría luna importante
sublevación contra el dominio del Imperio ateniense: Eubea, Lesbos, Quíos,
Mitilene, Mileto y otras ciudades del Hellesponto.
Entre el 411 y el 410 a. C., Atenas
consiguió tres victorias navales en el Hellesponto (Cinosema, Abidos y Cícico).
Estos acontecimientos resultaron importantes, porque los espartanos realizaron
propuestas de pasa y de nuevo fueron rechazadas por el consejo de los
demócratas radicales dirigidos por Cleofón.
Los años 409 y 408 a. C., continuaron
siendo favorables para Atenas. Trásilo recuperaba Tasos y algunas posesiones en
Tracia. Alcibiades conquistaba Bizancio y Calcedonia, pudiendo regresar
triunfal a Atenas, siendo elegido estratega en el año 407-406 a.C., concediéndoles
poderes extraordinarios para dirigir la guerra en el Hellesponto.
Entre finales del 407 a. c., y principios
del 406, la flota de Alcibiades dirigida por su lugarteniente Antíoco fue
derrotada en la batalla naval de Notion. En el 406 a. C., se produce la última
victoria naval ateniense, en las islas Arginusas, frente a Lesbos, donde
Trásilo con otros estrategas atenienses vencieron a la escuadra espartana,
dirigida por Calicrátes. Los Generales atenienses no recogieron a los náufragos
supervivientes de la batalla, alegando el peligro de una tormenta. La asamblea
les condenó y fueron ejecutados, Este suceso demostró el total funcionamiento
de la Democracia radical y el dominio popular. Pero este terrible episodio
contra los navarcos de esta batalla parece un absurdo desatino, puesto que los
atenienses, en unos momentos tan difíciles, condenaban a sus mejores generales
y principales defensores de los ideales democráticos.
Egospótamos y el final del conflicto:
Restituido Lisandro al frente de la flota
espartana, se dirigió a Egospótamos, frente a Lámpsaco, en el Quersoneso
tracio. Allí, los atenienses encañados y cogidos por sorpresa fueron vencidos,
capturados, siendo ejecutados más de 3000 de ellos y destruidas gran parte de
sus naves.
Atenas no sólo perdía gran parte de su flota,
además quedaba sin sus posiciones en el Estrecho, incomunicada para recibir sus
provisiones marítimas. No fue la derrota de Egospótamos el final de la guerra, sino
la falta de aprovisionamiento de la ciudad, haciendo más crítico el asedio a
sus campos desde Decelía. No fue la amenaza espartana la más decisiva y
temible, sino el hambre.
Una de las naves sagradas de los
atenienses, la “Páralos” fue enviada a Atenas para anunciar la derrota de
Atenas.
La rendición de Atenas:
Lisandro acabó con los últimos restos del
Imperialismo ateniense e el Egeo. Las ciudades aliadas de Atenas tuvieron que
rendirse y sus gobiernos democráticos fueron sustituidos por oligarquías
(Deccarkías) apoyadas por gobernadores (Harmostes).
Lisandro marchó sobre el golfo Sarónico,
mientras el rey Pausanias II de Esparta se unía a su colega Agis en el Ática.
Sitiada por mar y Tierra, a comienzos del
año 404 a. C., Atenas capituló, finalizando veintisiete años de Guerra.
Terámenes, asumiendo plenos poderes fue
enviado para capitular la rendición ante el congreso de la Confederación del
Peloponeso, donde corintios y tebanos, fueron los más hostiles e implacables en
la decisión de la suerte de Atenas, pidiendo su destrucción. Pero los
espartanos prefirieron una Atenas vencida y desarmada, que estuviera integrada
en la Confederación del Peloponeso. Esta decisión, puede que fuera tomada,
porque los espartanos tenían respeto a su rival, pero que también temiera que,
tras la caída de Atenas, surgiera una poderosa Corintia.
Las condiciones impuestas a Atenas, tras
su derrota fue aceptada por la Asamblea ateniense, firmándose la paz en abril
del año 404 a. C., a la vez que Lisandro entraba en Atenas, imponiendo un
absolutismo militar y político.
Para terminar, hay que destacar que las
consecuencias sociales, económicas y culturales de la Guerra del Peloponeso, no
fuero sufridas sólo por los atenienses, sino por todos los griegos:
Las deudas de los Estados contraídas
principalmente con Persia, la aparición de la piratería en el Egeo, la caída de
la economía y el comercio, la enorme pérdida de vidas humanas, la crisis moral,
ideológica y religiosa que produjo la inestabilidad de un largo proceso de
guerra. Todas estas consecuencias y muchas más dejarían importantes secuelas en
la Historia del siglo IV a. C, en Grecia.
Un Saludo de Viajero en el Tiempo
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