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domingo, 17 de septiembre de 2023

Grandes Acontecimientos del siglo XIX





      El siglo XIX se inicia con una crisis generalizada en Europa, resultado de la descomposición de las estructuras sociales, políticas y económicas del Antiguo régimen, por los cambios
económicos provocados por la revolución Francesa de 1789 y el imperio napoleónico.














         La revolución Francesa y sus realizaciones políticas servirán de bandera a todo el movimiento
revolucionario burgués en la primera mitad de este siglo. Por otra parte, el imperialismo napoleónico despertará la conciencia nacional dormida en diferentes pueblos Europeos.
      Después de la derrota napoleónica,  se reunieron en Viena los representantes de casi todos los Estados europeos para realizar una reorganización territorial de Europa y repartir
las zonas de influencia entre las potencias vencedoras.
        El congreso de Viena, sentó las bases territoriales y políticas de la restauración europea.     
     Las grandes potencias Europeas: Austria, Prusia, Gran Bretaña y Rusia, tomaron decisiones e impusieron sus criterios a resto de los países. Aunque era una nación derrotada, la nueva Francia fue admitida entre los grandes en el nuevo concierto Europeo. Estas potencias Europeas reordenaron las fronteras pensando en su propio provecho, sin tener en cuenta las aspiraciones nacionales de muchos pueblos en Europa. El congreso de Viena quiso equilibrar las fuerzas de las grandes potencias mediante un repartimiento igualitario de los restos del imperio
Napoleónico.
      

      Principios teóricos del Congreso de Viena:

   El principio de legitimidad del absolutismo. (Desautorizar las monarquías creadas por Napoleón, negar la soberanía nacional y el principio de constitucionalidad).
     El principio de equilibrio Europeo. (A causa del temor que surgiera una potencia con pretensiones de conquistar Europa, como había hecho Napoleón, se propone la tesis del equilibrio entre las potencias para mantenerla paz).
    El principio de intervención. (La Santa Alianza, para interveniren cualquier país en el que brotaran amenazas revolucionarias).
    Europa se debatía entre una infraestructura económica y social cada vez más transformada por los progresos de la revolución industrial, con un capitalismo creciente y una superestructura político-jurídica que se aferra desesperadamente al pasado, al modelo feudal absolutista del Antiguo régimen. Se buscaba acomodar el modelo político del Estado al predominio de las actividades económicas controladas por la burguesía, es decir, revolución que implantara el Estado liberal. Esta revolución adquiere en casos concretos un sentido nacional, cuando se trata es de lograr que coincidan las fronteras de la comunidad histórica con las del Estado.


      El movimiento 
cultural y filosófico de la ilustración del siglo XVIII había sentado las bases
teóricas de las transformaciones que tendrán lugar en Europa en el siglo XIX. El liberalismo, teoría política de la burguesía en el siglo XIX, tiene como antecedentes teóricos al filósofo inglés Locke (1632-1704), que se opone al absolutismo, defendiendo formas de gobierno basadas en la voluntad de la
mayoría, igualdad ante la ley y un derecho natural racionalista que defendía las libertades individuales.


      El liberalismo es la base ideológica en que se fundamentaron los cambios efectuados por la
revolución burguesa. Tuvo especial importancia en la política y en la economía.

     La ideología del liberalismo, tanto política como económica, favorece el proceso de industrialización de las naciones, la creación de mercados mundiales, la acumulación de capitales y el surgimiento de empresas gigantescas. Pero al mismo tiempo, considera que los derechos del individuo vienen determinados por su riqueza, no por su nacimiento como en el Antiguo Régimen. Esto lleva a una sociedad de clases que exige un nivel de fortuna o de educación para la práctica del sufragio. En teoría, es más justo este régimen que el antiguo, ya que todos los individuos tienen posibilidades de enriquecerse, aunque en la práctica no fuera así.
     El liberalismo, filosofía que es conveniente no confundir con la democracia, es una posición
política más radical que cobrará fuerza en los años anteriores a la revolución
de 1848, se expande por Francia, Bélgica, España, Alemania, Italia, etc.
     Los primeros movimientos revolucionarios se producen en 1820 y afectan a varias regiones
Europeas. Se inician en algunos Estados Alemanes (1820); se propagan a España (golpe de Riego, 1820); Italia, Nápoles (1820), Piamonte (1821); Francia
(1821-1822); Rusia (1825); etc. En todos los lugares los movimientos revolucionarios son reprimidos por las fuerzas Absolutistas. Sólo en Grecia, cuyo levantamiento busca la independencia nacional frente al imperio Turco, logra su objetivo tras una larga guerra, 1820-1826, en la que los nacionalistas
Griegos cuentan con el apoyo moral y material de los países interesados en debilitar al imperio Otomano.  Empiezan la independencia de las colonias de España y Portugal.
   Los primeros años 30 presencia otra serie de revueltas, esta vez con más éxito debido a varios factores: Mayor extensión de la conciencia revolucionaria, desgaste de las instituciones de poder, deterioro del sistema represivo de la restauración, apoyo de las masas populares a los levantamientos. La revolución triunfa en los países del Oeste cuyo desarrollo industrial está más avanzado y en los que
existe una mayor población obrera. En cambio fracasa en la Europa del este, donde las estructuras económico-sociales son más tradicionales.

     En julio de 1830 en Francia, tras la decisión del rey Carlos X de enfrentarse a una cámara de
predominio liberal, las masas de Paris ocupan las calles y levantan barricadas pidiendo la abdicación del monarca, el ejercito hace causa común con los manifestantes y al rey no le queda más remedio que abdicar, la gran burguesía aprovecha la ocasión para coronar a Luis Felipe de Orleans y establecer un
régimen liberal(monarquía parlamentaria, régimen de libertades y sufragio censitario, es decir voto para los propietarios).
    En Bélgica la revolución tiene un carácter esencialmente nacional, el congreso de Viena, los había obligados a integrarse en el reino de los Países Bajos, y muy conscientes de su nacionalidad distinta a la de los Holandeses, buscan la constitución de un Estado independiente. El levantamiento se inicia en Bruselas en 1830 y recibe el apoyo de Inglaterra y Francia. Al año siguiente el nuevo Estado elige como rey al candidato presentado por Gran Bretaña (Leopoldo de Sajonia).
     En el año 1833 en España y 1834 en Portugal, se establecerán regímenes liberales.
      Si bien estas revoluciones triunfaron en sus intentos, en muchos otros países fracasaron. En Italia en 1831 se suceden los levantamientos en Parma, en Módena y en la Romana. Fueron sofocados por la
intervención Austríaca.
      En Polonia en 1830-1831 el levantamiento independentista es reprimido por las tropas Rusas.
      En Alemania se producen varias revueltas contra los soberanos y a favor de las constituciones
liberales, así como la reunificación. Pero éstas solo obtendrá la unión aduanera de varios estados del norte, bajo la presidencia de Prusia.
     Nuevamente en 1848 la oleada revolucionaria se abate sobre Europa: En Francia las fuerzas del
orden se niegan a disparar contra las masas, lo que supone la abdicación de Luis Felipe, dando paso a la proclamación de la república y la constitución de un gobierno provisional con la participación de los Socialistas. Tanto en el imperio de Austria, como en Alemania e Italia, la revolución liberal democrática se desdobla en revoluciones nacionalistas.
     Las causas de la exaltación del nacionalismo en el siglo XIX y los intentos de constituir
estados independientes sobre una base nacional, obedecen a una serie de circunstancias nacidas de las revoluciones económico-socialistas y políticas del siglo: Se tiende a la constitución de economías y mercados de marco nacional, nacionalismo ligado al sentimiento revolucionario (libertad del pueblo), espíritu romántico( exaltación de los sentimientos patrióticos a través de manifestaciones de la cultura).
     En la segunda mitad del siglo se realizan las uniones de Alemania e Italia. Prusia toma la dirección de la unidad Alemana, crea primero una infraestructura económica con la unión aduanera y luego elimina por la fuerza a Austria. Figura importantísima en el proceso unificado de Alemania fue el canciller Bismarck.
     En Italia la dinastía Saboya explota hábilmente los antagonismos internacionales y consigue
la unidad, siendo proclamado rey de Italia Victo Manuel II, rey de Piamonte. Artífice principal de esta unificación fue el ministro Víctor Manuel, Cavour.
      Análisis de acontecimientos paralelos a lo que ya he relatado:

      La aparición del proletariado, su rápido crecimiento y su transformación como clase, son una de
las características esenciales del siglo XIX.
      La miseria obrera se convierte en el centro de una nueva conflictividad social.
      La defensa de los derechos de los trabajadores y la aparición de doctrinas que criticaban las
sociedades capitalistas hicieron temblar los principios de liberalismo, sólidamente implantados hasta ese momento.
      Los socialistas utópicos fueron los primeros que cuestionaron el sistema liberal-capitalista.
En un primer momento, la burguesía y el estado se negaron a aceptar las reivindicaciones del proletariado y su derecho a tener un papel dentro de la vida social y política. Pero lentamente, las organizaciones obreras, los sindicatos, y las nuevas ideas sociales (marxismo y el anarquismo) se fueron
extendiendo.


Reflexión:
      Los logros para mí más importantes es la desaparición de las dictaduras absolutistas y la
independencia de Estados duramente reprimidos en el pasado por potencias Extranjeras. Aunque desaparecieron los regímenes absolutistas, apareció la dictadura de la burguesía, pero estos regímenes a su vez hicieron que aparecieran los movimientos obreros que lograrían cosas importantes para la época actual. El ser humano es egoísta, y las revoluciones burguesas solo querían beneficio para ellos, sin pensar en el resto de pueblo.
     Sobre la independencia de algunos estados me parece muy bien por el hecho de que había que defender la cultura y tradición de algunos pueblos que anteriormente habían sido reprimidos por potencias extranjeras. Creo que cuando un pueblo es invadido por otro más fuerte, éste quiere imponer su cultura y su lengua, y por lo tanto ocasiona una humillación muy importante.
     Creo que gracias a todas estas revoluciones,  gozamos con la libertad de hoy en día en muchos estados, con el condicionante del dichoso capitalismo salvaje, herencia de la burguesía, pero  la clase obrera disfruta también de derechos que se han conseguido en este siglo tan
turbulento.
       Aunque hoy en día hay mucho que hacer con respecto a los derechos individuales en todo el
mundo, este siglo XIX ha aportado bastante en ese sentido.





Un Saludo de Viajero en el Tiempo.